Hoy te escribo esta carta porque siempre te quejabas de que nunca te enviaba cartas de amor.
Decías que era frío, que era todo indiferente y buscaste un continente para entregar tu calor.
Tal vez tu ONG se pueda ocupar de resucitar a hombres que siguen vivos.
Las cartas que no envías sólo son cartas marcadas, te regalan una mano pero nunca un corazón.
Mi casa está pidiendo una mano de pintura y algún punto de sutura para hacer punto final.
Y si estás en un país del Africa Central busca pronto un hechicero que me enseñe a olvidar.
Cartas de amor cuando ya no hay amor.
Cartas de amor, pero sin dirección.
Mi hospital de campaña, mi amuleto de la suerte, una firme barricada... lo eras todo para mí,
pero hay cosas en la vida que son mucho más reales que los ojos que las miran.
Dime que fuí para ti. Dime que fuí para ti. Dime si en algún momento me llegaste a querer.
Cartas de amor cuando ya no hay amor.
Cartas de amor, pero sin dirección.
Mikel Erentxun, canción peculiar donde las haya pero que extrañamente gusta.
Extraña temporada, con todo en popa y desafortunadamente con un poco de mal rollito.
Todo se pasa, y con paciencia todo se alcanza.
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